Evolución Vehículos Eléctricos parte 1

El siglo 21 se ha caracterizado por sus grandes avances tecnológicos además de múltiples descubrimientos en todos los ámbitos de estudio, aun así la evolución de esta clase de vehículos propulsados por motores 100% eléctricos nos parece novedoso, un invento desarrollado en este siglo.

Pensar en conducir un vehículo de estas características parece futurista no?

Imaginemos por un momento que pasa un vehículo eléctrico por la calle sin apenas hacer ruido, salvo por el leve y característico zumbido de su motores y la fricción de sus llantas contra el asfalto, todos los transeúntes se giran al verlo pasar; y no solo los peatones, los otros automovilistas también se giran a verlo y lo admiran cuando se detiene en los cruces. Su precio es elevado, es un coche de lujo. Su diseño y fama han hecho que se genere una increíble demanda para comprar uno.

Esta escena fácilmente podría haber ocurrido hoy y el coche podría ser cualquier Tesla o Bmw de la gama actual, pero no, esta escena ocurrió a principios del siglo XX, en Estados Unidos, y el coche probablemente fue un Fritchle o un Detroit Electric, pues, se nos presenta a los vehículos eléctricos como el automóvil del futuro y si, quizá lo sea, pero también es cierto que simplemente es una gran idea del pasado que se pone al día… Ésta es la historia del vehículo eléctrico.

El vehículo eléctrico es tan antiguo como el propio automóvil y a principios del siglo XX parecía ser el futuro.

El primer vehículo eléctrico data de 1834, mientras que el desarrollo del motor de combustión interna (mucho más complejo que un motor eléctrico), no llegó si no hasta 1861.

La comercialización de vehículos eléctricos comenzó en 1852, pero esos primeros vehículos eléctricos no usaban baterías recargables, estas no llegarían hasta finales del siglo XIX gracias a las invenciones de los franceses Gaston Planté y Camille Faure.

Las baterías recargables activaron el auge del vehículo eléctrico

En 1852, Gaston Planté inventó la batería recargable de plomo y ácido, pero su fabricación a nivel industrial no fue posible, fue en 1880 que Camille Faure inventó un procedimiento electroquímico llamado masa activa que aumentaba la capacidad de carga de la batería de Planté. La fabricación a nivel industrial de la batería recargable de plomo y ácido sería a partir de entonces una realidad comercial. El poder recargar la batería hizo que el coche eléctrico se impusiera como el automóvil por excelencia a principios del siglo XX.

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El Tesla Model S de 1908 o el “One Hundred Mile Fritchle”

El imparable auge de los vehículos eléctricos al otro lado del Atlántico fue lo que motivo al austriaco Jacob Lohner a contratar en su Lohner-Werke al joven visionario Ferdinand Porsche que a pesar de no ser ingeniero fue contratado para desarrollar un sistema de propulsión eléctrica. El prototipo de Porsche ostentó una transmisión de baja fricción, debido a los motores eléctricos de cubo montado posicionados directamente en las ruedas. Cada motor eléctrico de polo interior capaz de 2.5 hp, alcanzó un máximo de 7 hp en explosiones cortas.

obteniendo como resultado el primer vehículo híbrido de la historia el Lohner-Porsche Mixte Hybrid

Lohner-Porsche Mixte Hybrid